top of page

¿Por qué necesitamos volver a pensar el futuro? La importancia de la investigación social predictiva

  • Foto del escritor: Creed España
    Creed España
  • 21 may
  • 2 Min. de lectura

En la enseñanza tradicional de las ciencias sociales, es común encontrar un enfoque fuertemente estaticista, centrado en analizar los fenómenos sociales desde una perspectiva concreta de tiempo y espacio. Se nos entrena para observar lo que ya ha sucedido, para identificar las condiciones del contexto donde surge un fenómeno, y luego explicar por qué ocurrió: si las causas fueron internas, externas o una mezcla de ambas. Esta mirada, aunque necesaria, tiende a estar orientada hacia el pasado.


Grupo de personas formando una flecha hacia la derecha, representando la necesidad de orientar la investigación social hacia el futuro.

Cuando se adopta una perspectiva longitudinal, se nos permite observar cambios en el tiempo: cómo ciertas tendencias se modifican, se consolidan o se desvanecen. Desde ahí se construyen narrativas explicativas sobre los movimientos sociales, las transformaciones culturales o las mutaciones políticas. Es, en muchos sentidos, un enfoque que nos ayuda a comprender lo que ha sido.


Sin embargo, en esta arquitectura del análisis social, lo predictivo ha quedado relegado. En pleno siglo XXI, parecería que pensar en el futuro se ha vuelto una excentricidad académica. La investigación social predictiva, como la que se impulsaba mediante métodos como la encuesta Delphi, ha perdido presencia en el debate contemporáneo. Y sin embargo, su propósito era profundamente valioso: anticipar posibles escenarios, explorar tendencias incipientes y ofrecer un marco de reflexión sobre las consecuencias a futuro de las acciones presentes.


¿Por qué esta pérdida de interés? Tal vez porque vivimos en una época marcada por la inmediatez absoluta, donde el valor de la información parece medirse en su urgencia más que en su profundidad. La aceleración del tiempo social, esa sensación de que todo debe pasar ya, ha dejado poco espacio para detenerse a pensar lo que podría pasar después. Pero esa velocidad, aunque seductora, es también engañosa: nos impide planificar, prevenir y proyectar.


Manos sosteniendo gráficos y diagramas virtuales, representando el análisis de datos para proyectar escenarios futuros desde la investigación social.

Recuperar la dimensión prospectiva de la investigación social no es solo un ejercicio intelectual; es una necesidad urgente. En un mundo atravesado por crisis ecológicas, transformaciones tecnológicas aceleradas y cambios demográficos profundos, pensar el futuro es una forma de responsabilidad social. Necesitamos más que nunca marcos teóricos y metodológicos que nos permitan imaginar lo que viene, no como un acto de adivinación, sino como un ejercicio crítico, informado y riguroso.


Es momento de preguntarnos: ¿qué pasa si no miramos hacia adelante? ¿Qué precio pagamos por no anticipar? Tal vez sea hora de rescatar lo predictivo, no como una moda, sino como una brújula en tiempos inciertos.

Commentaires


© 2025 Creado por Creed España, S.L.

bottom of page