Si hay algo que distingue el mercado chino es, sin duda, su tamaño y heterogeneidad. A partir de ahí, podemos desarrollar un planteamiento que nos acerca un poco más hasta la realidad del consumo en este gran mercado.
1. Las nuevas generaciones de chinos se están desprendiendo de una costumbre, hasta ahora, arraigada en su cultura, el ahorro. Estos dedican una mayor parte de sus ingresos al consumo y son menos reflexivos en sus decisiones de compra.
2. El consumidor chino sigue manteniendo una gran atención por el precio como consecuencia de la preocupación por el ahorro. No obstante, cada vez se tienen más en cuenta otros aspectos, como la calidad, la salud, la protección del medioambiente o los servicios postventa.
3. Existe una clara dualidad en el mercado que consiste en la mayor disposición a pagar precios altos por los productos que se consumen en público en comparación con la búsqueda de productos económicos para su consumo en el ámbito privado. Esto deja patente un claro interés por la demostración de status y el hecho de que la identidad individual en China está intrínsecamente ligada a la aprobación social.
4. El consumidor chino valora, a su vez, los beneficios externos de cualquier producto, prestando mucha menos atención a los internos. No es tanto que algo les haga sentir bien, sino que les proporcione una cualidad o les mejore en algún sentido.
5. La proliferación de grandes marcas internacionales, tales como Apple, Starbucks, Audi o Zara deja patente una clara apertura hacia la globalización del consumo (sirve también de ejemplo la popularidad creciente de eventos como la Navidad o Halloween). Esta tendencia es clara, pero es importante destacar que el consumidor chino se identifica con este tipo de consumo como fórmula de modernización y globalización y en ningún caso como mera occidentalización. Este fenómeno es visto como una asimilación que no da de lado a la propia cultura.
6. El consumo de bienes importados en China se concentra en las zonas urbanas situadas principalmente en la mitad Este del país, mientras que los entornos rurales mantienen pautas de consumo tradicionales.
7. Los canales de distribución varían mucho dependiendo de las diferentes zonas. En las ciudades de nivel 1 y 2, podemos encontrar sistemas de distribución modernos que alcanzan a la mayor parte de la población. Es aquí a su vez donde existen rentas más altas y una población que está totalmente familiarizada con los productos importados. También es aquí donde exite una mayor competencia con empresas de todo el mundo enfocando sus estrategias de promoción. En el caso de las ciudades de nivel 3 a 5, nos encontramos con un sistema de distribución mucho menos desarrollado, rentas menores y una menor apertura. Hipermercados y supermercados distribuyen hasta el 60% de los bienes de consumo en las ciudades de nivel 1 y 2, no llegando al 10% en las ciudades de nivel 3 a 5, donde sigue predominando el comercio tradicional.
8 Es previsible un envejecimiento de la población como consecuencia del aumento de la esperanza de vida junto con la restrictiva política de natalidad.
9. La rápida digitalización de la sociedad china y el hecho de que se trate del mayor mercado mundial de Internet, con 500 millones de internautas, ofrece una buena oportunidad para todo tipo de empresas en lo relativo a comercio electrónico. Portales como Taobao.como y la aparición de nuevos medios de pago generadores de confianza, como Alipay, están facilitanto un crecimiento que se estima que mantendrá una media del 42% anual hasta 2014.
10. Existe una tendencia clara de aumento de las clases medias y del gasto por hogar como consecuencia del desarrollo económico del país y el esfuerzo del Gobierno chino por aumentar los salarios. Esto está provocando que cada vez más empresas de todo el mundo estén poniendo el punto de mira en este enorme y complejo mercado.
Luis Noé, colaborador en mercados exteriores.
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